Me encuentro con la noticia de que allá en Jalisco el PAN está rotundamente dividido después del fracaso estrepitoso que tuvieron las pasadas elecciones del 5 de julio. Dicen que piden la renuncia del dirigente estatal. No tuve que hacer mas que documentarme al respecto y darme cuenta que Jalisco carece de un liderazgo gubernamental, ya que se menciona por ahí que el gobernador Emilio González Márquez gusta de embriagarse para agarrar ánimos y aparecer en público, pero no contento con el discurso político tradicional el gobernador gusta de copiar mi estilo y lanzar mentadas de madre.
Se precisa ser muy pendejo para achacar la derrota del PAN al voto nulo o cosa por el estilo. Simplemente la gente se hartó (no solo en Jalisco) del presidente del PAN Germán Martínez debido a su tono beligerante e intransigente (de nueva cuenta me quieren copiar), aunado al discurso vacío y estúpido de Calderón con frases que pretenden transmitir que México es un lugar mucho más seguro que un país nórdico, que México es un país ideal y mucho más atractivo para atraer capitales foráneos que las Islas Caimán o cualquier paraíso fiscal o país con bajas tasas de impuestos.
Y ahora salen los panaderos santurrones cual típico perredista vulgar a manifestarse contra ellos mismos, con plantones, sin aceptar resultados adversos. No cabe duda que los hijos de la chingada esos se han convertido en la misma mierda que tanto han criticado. Qué bueno que la gente les dio la espalda.
Después de todo. Más de algún pendejo panista dirá que le dieron la espalda al país y al presidente Calderón. No. Simplemente no. Lo poco o mucho que funcione del país no es gracias al gobierno sino a pesar del maldito gobierno.
Lo que le compete a los políticos gobernantes es el trabajo legislativo y la seguridad pública. Y francamente gane quien gane esos dos aspectos van a seguir siendo la misma chingadera en el mejor de los casos. Es todo.
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